martes, 24 de mayo de 2022

Especializados en versatilidad:

Hoy no traigo una historia; traigo opinión. He estado durante un tiempo planteándome el escribir narración, pero mientras pensaba en distintas ideas, escuché de fondo en la biblioteca de la facultad de ciencias de Santander un comentario; "Pero si estás en ciencias". Eso me recordó a los comentarios que mis profesores cuando estudiaba la ESO, las típicas preguntas "¿Eres de ciencias, o letras?" o "¿Si estudias ciencias porqué dibujas?" como si presupusieran que mi pasatiempo era realizar cálculo mental, o dibujar gráficas. Como si por ser de ciencias no pudiera gustarme cantar, rapear, dibujar, etc. Ese tipo de comentarios (al menos a mi me pasó así) hunden y te haces plantearte dejar de hacer cosas que realmente te gustan. Cuando era pequeño, tenía una profesora en el colegio que nos mandó pintar un águila a carboncillo. Yo lo hice directamente, copiándolo de la foto de muestra. Sin embargo un compañero mío lo calcó en la ventana cuando en teoría no se podía hacer. Nos quedó relativamente similar, y la profesora había visto las técnicas usadas durante las clases. Suspendí el trabajo mientras que él sacó un sobresaliente. Esa nota me hizo dejar de dibujar durante 4 años, cuando en realidad, tras ver el dibujo de mayor, me di cuenta de que ahora no podría dibujarlo igual de bien (ya que mi estilo no es el realismo). A donde quiero llegar es que en muchas facetas de la vida, presuponemos que alguien que encaja en un sitio, solo podrá encajar en ese. Como si no fuera lo suficientemente bueno sin importar cuanto trabaje. Como si esa persona hubiera nacido sabiendo dibujar, calcular, o analizar cualquier cosa. Dicen que tienen talento para algo porque lo hacen bien. Pero ¡ehh! Esa persona no tenía talento cuando no le salían bien las cosas. Darwin demostró en su teoría de la evolución que las habilidades adquiridas durante la vida no se heredan. Así que me parece absurdo pensar que si una persona sabe hacer algo bien, su hijo va a hacerlo bien sin practicar. Distinto es de los tatuadores que poseen un negocio familiar en el que el hijo lleva dibujando desde niño. Ahí es normal que el hijo sepa dibujar, pero nunca será por "genética". He ido mencionando algunos ejemplos porque más de una vez algunas personas me han contado que si hago una cosa, no se esperaban que hiciera bien otra. ¿No podríamos volver a ser polivalentes, versátiles y menos especializados? Luego nos preguntaremos porqué nuestros artistas favoritos saben hacer tantas cosas, y no nos plantearemos nunca el trabajo de debajo. 

                                                                                        Andrés R. Noriega